miércoles, 28 de abril de 2010

PEQUEÑOS DETALLES

Llevo bastante tiempo contemplando lo curioso de nuestras hermandades y nuestra vida en general, no se si será porque vivimos siempre marcados por la acera derecha o la izquierda o porque miramos mas lo del vecino antes que lo nuestro, el caso es que siempre hacemos las cosas mas pensando en lo que dirán los demás que viniendo de granada siempre tendrá pero, que lo que a nosotros verdaderamente nos conviene. Es hoy día una pena que sea más importante el halago del de otro barrio que la critica constructiva del de casa.


Es cómodo muy cómodo el ser de aquella hermandad que tiene todo y solo hay que ir a vestirse de guapo, salir en la foto y que el año que viene pues que siga todo igual, yo valoro y mucho a aquel que empieza de cero…..y es que en Granada es tan difícil empezar de cero…

Yo considero esta bendita tierra un lugar donde nos da miedo el cambio, no nos atrevemos con lo nuevo o con lo que ya existía pero como nosotros no lo hemos vivido, mejor quedarnos como estamos.

Si, hemos subido un escalón no voy a negarlo, la Passio Granatensis le ha servido a granada para darse cuenta que una vez al año hay Semana Santa en la ciudad, que cuando cambia la luna allá por la primavera impartimos una catequesis teniendo la suerte de vivir la pasión, muerte y Resurrección de Jesús rodeados de unos marcos incomparables y únicos en el mundo, pero granada tiene que entender que el cofrade se alegre cuando llega el domingo de Ramos, tiene que entender a un costalero que le llegue la sonrisa de oreja a oreja cada Lunes Santo, porque va a tener el privilegio de ser los pies de Jesús orante por Santiago, tiene que impregnarse de olor a incienso, engalanar balcones y escaparates, Granada tiene que saber como se celebra una semana donde solo tenemos ojos para una madre aquella que se viste de azul, de verde, de blanco, de rojo, aquella que cada año responde como ella solo sabe la descripción de la mujer en el Apocalipsis de San Juan: “vestida de sol, coronada de doce estrellas y la luna en los pies”.

Granada tiene que darse cuenta que el silencio no es señal de aburrimiento, ni de malos ratos, sino señal de respeto y oración, tiene que darse cuenta, valorar y respetar la labor de tantas manos que tantos rocíos ven al alba al lado de la plata, el oro o la madera.

¿Sería mucho pedir que Granada llorara al ver morir a cristo la tarde del viernes santo?

Ojala los años nos permitan disfrutar de estos pequeños detalles que seguro nos harán vivir y entender la vida y la semana santa de una manera mas cristiana, de una manera mas cofrade……

1 comentario:

  1. por favor dode estabas tu metio,madre mia ke tarde me estas dando,excelente.proximo pregonero de lo ke sea,costalero,del realejo etc......

    ResponderEliminar