viernes, 23 de abril de 2010

El primer ensayo

Si hay una fecha especial para un costalero de los de verdad, de los que cuentan los días que quedan para otro domingo de palmas y ramos, es el día del primer ensayo. Estaréis de acuerdo conmigo que todos esperamos esa fecha con especial ilusión, ese día que volvemos a abrir el cajón que tan olvidado tenemos durante el año, pero siempre nos da nostalgia al volver a encontrarnos con ese trapo cargado de vivencias y trabajos.


Seguro que cada uno de nosotros repetimos la misma acción, sacamos el costal, lo abrimos, tocamos la arpillera, saco o punto de cruz y lo volvemos a doblar con sumo cuidado para esta vez dejarlo encima de la cama preparado para el día que todos tenemos marcado en el calendario….el primer ensayo.

Si yo me siento privilegiado con el resto de hermanos, nazarenos o camareras es por este día, Día de abrazar al compañeros de palo, aquel que durante tantas horas fue a tu lado apretando los dientes por el y por ti, de contar vivencias y recuerdos de años pasados, algunos privilegiados 30 historias pueden contar….. Es día de ver nervios en el nuevo, ese que tiene los ojos abiertos para empaparse de detalles y aprender ese arte que los andaluces llamamos el arte cofrade.

El capataz saluda a su gente, se siente orgulloso porque un año más han respondido a la llamada y están aquí para llevar por Granada al cristo de los Favores y su madre bendita.

El primer ensayo en esta hermandad como en muchas otras se vive de una manera u otra según la persona, el que tiene tantas ganas que llega el primero, el que cuando hace frío protesta por el frío y cuando hace calor protesta por el calor….. Nunca esta contento del día y la hora fijada. El que baja un palo y es protagonista de las bromas del resto…”con los años vas para abajo”, sin olvidarnos de la cara de susto del nuevo cuando le dicen, “tu como eres joven vas a llevar tus kilos y los míos, que yo ya no estoy para estos trotes”…… Son cosas del primer ensayo.

Lo verdaderamente bonito y siempre será así pasen los años que pasen y vengan las modas que tengan que venir, es que todo termina cuando suena el martillo, tanto el nuevo como el veterano se convierten en costaleros, en hermanos costaleros, y ya solo piensan en apretar los dientes, dejar los zancos en el suelo y siempre arriba con el.

Después vendrá el segundo ensayo el tercero el cuarto, el último, pero el que quiere el palo de verdad esperará al año siguiente y marcara en el calendario esa fecha que tanto le gusta y le hace recobrar la nostalgia…. El primer ensayo.

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