miércoles, 26 de mayo de 2010

Capítulo III. El traslado a Almonte


Los traslados de la Virgen del Rocío a su pueblo de Almonte vienen desde hace siglos; la aldea del Rocío se encuentra a cuatro leguas del pueblo de Almonte. Cuando a Almonte le ocurría algún hecho triste como epidemias, guerras, sequías, malas cosechas, hambre... Almonte iba a por su patrona, la Virgen del Rocío, donde permanecía el tiempo necesario en la parroquia de Almonte, donde se le celebraban cultos y misa, y después era de nuevo llevada hacia la ermita del Rocío.


El primer documento escrito sobre un traslado es en el año 1607, donde un documento dice que la virgen sea llevada hasta el pueblo de Almonte por "Sequía", el día 21 de abril de 1607. Vale destacar, que a pesar de esta primera referencia escrita, sinifique que fuera la primera vez que la virgen era trasladada a Almonte. La virgen del Rocío ha sido trasladada mucho antes de 1607, sin embargo hoy en día no existen documentos escritos sobre esos traslados.

Son los numerosos traslados de la virgen del Rocío hacia Almonte desde la primera referencia escrita sobre un traslado en 1607 hasta los días de hoy en este siglo XXI, muchos traslados por motivos tristes como de alegrías, la virgen del Rocío podía venir en un año en tres ocasiones hasta Almonte, este hecho ocurrió en el año 1738 donde queda recogido en un documentos, la estancia podía ser corta o larga según por el motivo de que se trajera a la virgen, no venia Almonte todos los años, podía venir cada un año o tres hasta incluso se podía llegar a no visitar a Almonte en treinta años.

La tradición de los siete años

A mediados del siglo XX, el pueblo de Almonte decide que cada siete años la virgen del Rocío visite a su pueblo. Se trata, pues, de una tradición reciente pero sabia que el pueblo Almonteño acepta sin imposición. El carácter de rogativa que justi­ficaban los traslados de los siglos XVII y XVIII e incluso XIX van perdiendo sentido y muchas son las causas:

Una sociedad más secularizada, el avance de la medicina por las que las epidemias quedan erradicadas y el desarrollo tecnológi­co de la agricultura, son entre otros, motivos más que suficiente co­mo para no recurrir al milagro. No es la falta de fe la que pudiera desprenderse de los Almonteños, el número de ellos es mucho ma­yor en el acompañamiento de los traslados, los cultos más numerosos y las peticiones y rogativas son más puras, sinceras y libres.
Esta tradición de traer a la virgen del Rocío a su pueblo de Almonte, data del año 1949, desde ese año a la virgen del Rocío es trasladada a su pueblo Almonteño de siete en siete años.

Cuando surge esta nueva tradición de los siete años, la virgen es trasladada en agosto en fechas del conocido Rocío chico, en esa fecha es trasladada a Almonte, allí permanece nueve meses, dos semana antes de la romería del Rocío la virgen sale en procesión vestida de reina por el pueblo de Almonte, donde recorre las calles almonteñas, una semana después, es de nuevo vestida de pastora, y es trasladada de nuevo a la aldea del Rocío, para que así una semana después se celebre la tradicional romería de Almonte, la romería del Rocío

domingo, 23 de mayo de 2010

Capítulo II. La leyenda



El Rocío, cuya historia se encuentra hoy documentada en sus aspectos más importantes, ha estado envuelta en una leyenda, como ocurre con otras muchas advocaciones, que viene recogida en la Reglas de la Hermandad Matriz de 1758:

«Entrado el siglo XV de la Encarnación del Verbo Eterno, un hombre que había salido a cazar, hallándose en el término de la Villa de Almonte, en el sitio llamado de La Rocina (cuyas incultas malezas le hacían impracticables a humanas plantas y sólo accesible a las aves y silvestres fieras), advirtió en la vehemencia del ladrido de los perros, que se ocultaba en aquella selva alguna cosa que les movía a aquellas expresiones de su natural instinto. Penetró aunque a costa de no pocos trabajos, y, en medio de las espinas, halló la imagen de aquel sagrado lirio intacto de las espinas del pecado, vio entre las zarzas el simulacro de aquella Zarza Mística ilesa en medio de los ardores del original delito; miró una Imagen de la Reina de los Ángeles de estatura natural, colocada sobre el tronco de un árbol. Era de talla y su belleza peregrina. Vestíase de una túnica de lino entre blanco y verde, y era su portentosa hermosura atractivo aún para la imaginación más libertina.

Hallazgo tan precioso como no esperado, llenó al hombre de un gozo sobre toda ponderación, y, queriendo hacer a todos patente tanta dicha, a costa de sus afanes, desmontado parte de aquel cerrado bosque, sacó en sus hombros la soberana imagen a campo descubierto. Pero como fuese su intención colocar en la villa de Almonte, distante tres leguas de aquel sitio, el bello simulacro, siguiendo en sus intentos piadosos, se quedó dormido a esfuerzo de su cansancio y su fatiga. Despertó y se halló sin la sagrada imagen, penetrado de dolor, volvió al sitio donde la vio primero, y allí la encontró como antes. Vino a Almonte y refirió todo lo sucedido con la cual noticia salieron el clero y el cabildo de esta villa y hallaron la santa imagen en el lugar y modo que el hombre les había referido, notando ilesa su belleza, no obstante el largo tiempo que había estado expuesta a la inclemencia de los tiempos, lluvias, rayos de sol y tempestades.

Poseídos de la devoción y el respeto, la sacaron entre las malezas y la pusieron en la iglesia mayor de dicha villa, entre tanto que en aquella selva se le labraba templo. Hízose, en efecto, una pequeña ermita de diez varas de largo, y se construyó el altar para colocar la imagen, de tal modo que el tronco en que fue hallada le sirviese de peana. Aforándose aquel sitio con el nombre de la Virgen de Las Rocinas».

Realidad o leyenda estaréis de acuerdo conmigo que Nuestra Señora del Rocío tiene algo difícil de explicar, que solo puede entenderse al pisar su ermita y agarrarse a su reja.

Próximamente: capítulo III (el traslado a Almonte)

jueves, 20 de mayo de 2010

Nuestra Señora del Rocío



HISTORIA

La imagen de Nuestra Señora del Rocío es una talla completa fechable hacía finales del siglo XIII. Esto equivale a decir que se trata, por la coincidencia cronológica, de aquella primitiva imagen que fuera colocada por Alfonso X “El Sabio” hacía 1280, momento en que construye la primera ermita.

San Alfonso el Sabio, aficionado a la caza también tenía la piadosa costumbre de levantar santuarios a la Virgen María en las tierras que conquistaba. La rocina, en aquel lugar rodeado de malezas y de acebuchales, en ese gran paraje de hermosas vistas en las orillas de la marisma, el rey Alfonso mandó construir una pequeña ermita, donde colocó a Nuestra Señora del Rocío, donde ha permanecido en el mismo lugar durante 700 años; se puede deducir que la ermita fue construida entre los años 1270 y 1275.

No cabe la menor duda que tan primitiva ermita fuera de un sencillo mudéjar, estilo que venia imponiéndose en la comarca limítrofe al lugar del Rocío. En la rocina, el monarca descubre un paraíso donde practicar su deporte favorito; todo aquel bosque se denominaba las rocinas, cuyos límites imprecisos no solo albergaban la zona por donde transcurre el arroyo de su nombre, si no su extensión límites aproximados eran al norte bajando hacia el oeste la canariega, monteruelos, el pájaro y el tendedero de la higuerita, al sur la punta de malandar y al oeste la desembocadura del Guadalquivir hasta el año de braines: territorios éstos, qué después pasarán a la casa de Medina-Sidonia.

A finales del siglo XVI o principios del XVII, siguiendo el gusto de la época, la virgen del Rocío al igual que a otras, se le adaptan ropajes de telas sobre la talla para ser revestida.

En el caso del Rocío parece ser que este cambio tiene lugar en la época en que los monjes mínimos de Almonte tienen su custodia.

Está vestida a la moda de los Austrias, como gran dama de la corte, cuyo atuendo se compone de las siguientes prendas: basquiña o saya de forma de campana sin pliegues ni arrugas, corpiño muy ajustado en el cuerpo y la gola que se transforma en rostrillo, las sobremangas, de gran amplitud, se adaptan al brazo, dejándose ver debajo de la manga. Sobre la cabeza se toca con el velo de las vírgenes y desde los hombros arranca el manto.


Porta la imagen una serie de atributos en orfebrería: Ráfaga, cetro, corona y media luna, respondiendo a la descripción de la mujer en el Apocalipsis de San Juan: “vestida de sol, coronada de doce estrellas y la luna en los pies”.

Próximamente: Capitulo II (La leyenda)

lunes, 17 de mayo de 2010

La fortuna


Muchas veces esperando que el rocío empañe mi ventana y el sol empiece a dar los buenos días a la rutina, he pensado la suerte que tenemos algunos de vivir desafortunados, hay en la vida personas que no saben que es tener éxito porque lo llevan impregnado en la sangre desde pequeñitos, que cierto es eso de hay quien nace con estrellas y hay quien nace estrellado……… yo me quedo con que me estrellé de pequeñito y creo que moriré en la misma pared, aquella que se ha convertido en tan buena amiga ya que tantas veces he topado con ella.


Es difícil explicarle a un sabio que hacer para aprender mas cada día, sin embargo algunos saboreamos las pocas victorias que conseguimos en la vida, aquellas que pillamos de rebote o simplemente aparecen por casualidad.

Veo soso o quizás vamos a llamarlo aburrido, el saberse querido o bien hallado, si algo me gusta en la vida es conseguir las cosas desde abajo y antes de subir el escalón, echarle yo el hormigón y por supuesto asegurarme que subo seguro porque es un escalón bien hecho, de esos para toda la vida.

Si os soy sincero y si me dejo llevar por las mariposas que tanto revolotean en mi barriga, prefiero ser de los de ayer y cada vez que miro sus ojos llenar mi corazón de esperanzas, que mirar por encima del hombro porque si no vienes tu otra será la que vendrá después, soy así, no vendo fortunas de papel que vuelan como el viento cuando la luna me da la espalda, me gusta luchar y si la batalla se vuelve en mi contra, que siempre quede mi nombre como es sencillo y desafortunado.

Esto de la fortuna a veces nos juega malas pasadas y nos creemos vencidos antes del primer combate, cada día tengo mas claro que para que haya soluciones primero tiene que haber problemas, y hay que tirarse a la piscina cuando creemos que puede estar llena o puede estar vacía, la suerte dictará sentencia……

Ojala el escalón que ahora construyo sea el primero de una escalera muy grande, si me quedo en el camino o se me olvida como seguir construyendo, no le echare la culpa al tiempo, ni siquiera a la rutina, simplemente volveré a pensar esperando al rocío de mi ventana

Que soy desafortunado………..

Recuerdos de rincones mágicos





Fotografías de: Antonio Cañizares

sábado, 15 de mayo de 2010

Yo no soy Rociero

Muchos dicen que para ser rocieros solo se necesitan unos botos, una camisa y una medalla.


Yo pienso que para ser Rociero hay que dar los buenos días en lentisquilla por la mañana, ir a ver a la virgen y pedirle por los demás y si le sobra un hueco te de salud para volver el año que viene.
Poner al mediodía platos en la mesa para compartir la comida con tus hermanos, cantarle unas sevillanas a la tarde dándole gracias por hacer tan bonita la primavera, y una rumba dando gracias a Dios por hacer para los Rocieros un rinconcito donde la arena juega con el viento y la marisma es espejo de la ermita.
Yo pienso que para ser Rociero hay que sentarse a media tarde en la plaza doñana y dejar que el cielo entre en tu alma y llene de bondad tus sentimientos, dar gracias a tus hermanos por haber compartido sus platos en la cena y con una candela cantar por bulerias al pastorcillo enseñándole a hacer las cuentas con los deillos,  En la madrugada pasear de la mano por el camino mirando a los ojos de tu gitana diciéndote si en verdad tú te mereces un momento tan inolvidable, y al despertar al alba cantar la salve con el frío de las primeras gotas de Rocío.

yo no soy Rociero ni se si llegare a serlo, pero se que puedo verte en aquella ermita siempre que quiera sin necesidad de botos, camisa o medalla.

¡¡Buen camino Granada!!

Fotografía de: Antonio Cañizares