martes, 23 de noviembre de 2010

Versículos

Llegó Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní, y dijo a sus discípulos: «Siéntense aquí, mientras yo voy más allá a orar.»
Tomó consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo y comenzó a sentir tristeza y angustia.
Y les dijo: «Siento una tristeza de muerte. Quédense aquí conmigo y permanezcan despiertos.»
Fue un poco más adelante y, postrándose hasta tocar la tierra con su cara, oró así: «Padre, si es posible, que esta copa se aleje de mí. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»
Volvió donde sus discípulos, los halló dormidos; y dijo a Pedro: «¿De modo que no pudieron permanecer despiertos ni una hora conmigo?Es tén despiertos y recen para que no caigan en la tentación. El espíritu es animoso, pero la carne es débil.»
De nuevo se apartó por segunda vez a orar: «Padre, si esta copa no puede ser apartada de mí sin que yo la beba, que se haga tu voluntad.»
Volvió otra vez donde los discípulos y los encontró dormidos, pues se les cerraban los ojos de sueño.
Los dejó, pues, y fue de nuevo a orar por tercera vez repitiendo las mismas palabras.
Entonces volvió donde los discípulos y les dijo: «¡Ahora pueden dormir y descansar! Ha llegado la hora y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.

San Mateo 26, 36-45

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