miércoles, 18 de enero de 2012

Cuidemos el oficio.


¿ Seremos capaces de llegar a ser lo que nosotros queremos ser sin mirar hacia otro lado? Esa es la pregunta que me hago ahora que se acercan estas fechas cargadas de ensayos y de volver a quitarle el polvo a esas parihuelas de hierro que tantos recuerdos nos traen a todos, estuve hace poco en una tertulia de los de abajo, organizada por costaleros nacidos en Granada, donde todo el mundo fue políticamente correcto, donde no se hablaba mas allá de…… porque no sabemos ninguno el día de mañana donde estaremos y quien será el de negro que nos dé trabajo,  evidentemente no se llego a ninguna conclusión, no se buscaba el avance porque nadie mostro sus carencias, me llamó la atención el comentario de hay tanta cantidad que se ha perdido calidad, no sé si estarán de acuerdo conmigo que todavía en nuestra ciudad no se puede hablar de calidad porque nadie nace sabiendo y en esto llevamos tres días, el que diga cuatro se ha saltado un peldaño, creo que sería más fácil decir, ¿hasta dónde queremos llegar? Y una vez que lo tenemos claro, la siguiente pregunta sería ¿somos capaces de hacerlo nosotros mismos, o estamos más pendientes de que el otro no llegue antes que nosotros?, para mí es un error querer llegar al nivel de otras tierras como se dice por aquí, a mi no me da miedo decirlo, Sevilla nos lleva ventaja, mucha ventaja, pero es así porque mucha gente va debajo del paso porque lo fue su abuelo, o porque su padre se ha retirado del palo 30 años después con el morrillo cargado de buenos ratos, buenas chicotas y buenos amigos, gracias al oficio de unos pocos locos ahora granada está llena de salud costalera, si mi padre en el 78 se hubiera dedicado a otra cosa yo ahora no sería costalero, si mi tío por el año 87 no me hubiera metido debajo de un paso o sentado encima de una parihuela, yo seguramente ahora, seria cualquier otra cosa menos costalero, si un gran cantaor de barba blanca y escritor de los que saben de lo que hablan no me hubiera comprado unas zapatillas para rachearlas por el empedrado del realejo que por aquella época si que era malo, yo seguramente hoy no estaría escribiendo de costaleros, todo el mundo no ha tenido la suerte que yo he tenido, de tener el oficio cercano desde el carrito, démosle la oportunidad a esa gente que se acerca a este mundo y que no ha tenido la oportunidad de sentirlo desde temprana edad, que lo conozca, que lo disfrute y lo mame, después se valorará lo que se tenga que valorar,  por todo eso jamás se me olvidara que mi trabajo debajo del paso no es para mí, que mi insistencia por cuidar lo que tenemos no es para disfrute mío sino para que dentro de 30 años mis hijos puedan sentir lo que yo siento hoy, y con mas cantidad que calidad o viceversa, pueda sentirme orgulloso de ellos por verlos sufrir una larga chicota paseando al Señor o María Santísima como ahora lo hace su padre y un día lo hizo su abuelo.



Gracias a la cuadrilla de Costaleros Nazarenos que hizo posible que un día cumpliera mi sueño de ser Costalero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario