lunes, 9 de febrero de 2015

Cartel y en Granada........ 2015


Reverendas Madres Comendadoras de Santiago, hombres y mujeres de Dios, cofrades y amigos todos.

Hoy siete de febrero a las puertas de una cercana cuaresma podría Dios haberme encomendado cualquier labor a cumplir y sin embargo ha querido Dios que nos volvamos a mirar a la cara. ¿Por qué si no lo merezco?, ¿por qué aun con mis errores me permites este privilegio? antes de mirarte a los ojos déjame que me disculpe por haber estado tan lejos, por dejar tus manos sin caricias, por dejar de hablar de ti sin emocionarme. Si Dios me ha permitido que te mire a la cara no me iré esta vez sin que nos digamos aquellas cosas que nunca nos atrevimos a decirnos de cerca. Hoy ha querido Dios parar el reloj que marca el tiempo para devolvernos ese momento que creíamos que solo viviría el recuerdo, tu y yo.
Permitirme el egoísmo de hablarle a ella pues es tanto lo que sale del corazón, han sido tantas las horas, tantos los rezos, tantas sonrisas, pues aun siendo Amargura, tu sonrisa solo la entiende quien te mira con la satisfacción del deber cumplido.
Nunca te dije guapa, nunca te dije Reina, nunca te dije que hasta la primavera se detiene a mirar tu perfil, perfil que nunca olvidará quien te hizo.
Hoy quiero recrearme en ti, abrir el azul de tu manto y convertirlo en el cielo que lleve la gloria de tu nombre, ajustar tus doce varales y ponerles nombre de santos para que juntos enseñéis la grandeza de Dios y su hijo. Encender tu candelería para que ilumine tu camino, que nunca falte luz en tu camino madre, una flor de tu jarra por tu pureza, esta de la violetera por tu templanza, por tu dulzura una rosa del costero y por tus milagros un clavel de oro, siempre a tu lado un clavel de oro.
Quizás no lo sepa Granada pero has ayudado tanto…. has curado al enfermo, has fortalecido al débil, has escuchado a todo aquel que se ha acercado a pedirte, a contarte.        Sabes de nuestras alegrías, sabes los buenos y malos momentos, todos a la vez hemos venido hacía ti y tu siempre has estado para escucharnos y darnos el consejo justo que devuelve a la vida ese sentido que muchas veces pierde.
Por madre te conocí y madre para mí siempre serás, mi vida sin este convento sería una vida vacía, pues venir a esta casa es venir a las mismas puertas de la gloria. No se despertar cada mañana sin pensar en ti, sin dar gracias a Dios y a mis padres por haberme hecho del huerto. De ti se hace uno solo con pronunciar tu nombre, que sería una cuaresma sin verte de hebrea, un noviembre sin sentir el escalofrío de tu manto negro, que sería de mí sin ti Amargura, si sólo con mirar tu perfil es como si un sol brillante iluminara el día y nunca hubiera noche. Tu perfil derrama fuerza, seguridad, tu perfil de mujer es firme y llama a la calma, tu perfil es añejo como este barrio que a los pies del Señor de Granada ha aprendido a rezarte en voz baja como tu cantabas las nanas a tu hijo. Tu perfil es de mujer que no se rinde, que nada le hunde, de agarrar con fuerza los problemas y seguir de frente el camino, tu perfil sonroja cuando te dicen guapa, es blanco cuando ves hábitos en tu patio y llora la tarde del viernes santo. Tu perfil… tu perfil es de mujer del huerto, de la que lucha, de la que no le importa el frío, de la que trabaja por la hermandad, la que vive para ti, la que no mira el reloj si el tiempo es para un nuevo Lunes Santo. Porque la mujer del huerto cose, plancha y a la vez te reza, es mujer de valentía, mujer de resultados, a esta hermandad le falta el aire sin la mujer como a Granada le falta la vida sin tu perfil. Tu perfil es de mujer del huerto, de la que abraza, la que no pide, la que se ofrece, la que no sabe lo que es el miedo. Siempre lleva una sonrisa y la palabra adecuada al momento adecuado, la mujer del huerto entrega su amor al servicio de tu hijo y olvida sus apellidos por una reja y una clausura, sus manos y el oro han hecho para ti el mismo cielo, mujeres son quién te cuidan, y quien mejor te entienden madre. Mujeres de lunas de dulces y amaneceres de tortas de la virgen, mujeres de fe, mujeres de hábitos y monaguillos, de noches y noches de espera, mujeres de hilo y aguja, mujeres de ti Amargura, y es que esta hermandad sin ti no anda mujer, no podría dormir esta noche sin pedirte por ellas, dales a cada una, una  sonrisa eterna, que siempre sientan tu amor. Dales calor y ternura y aléjalas de las tentaciones de este mundo tan cruel y vació, que llegado el día de Mayo de la primavera, tu pañuelo en seda lleve una “M” por María y otra “M” por mujer porque son lo mejor de esta casa. Que una lleve los rosarios y otra en sus manos una saya bordada, que lleven tus alfileres, tus encajes, tus enaguas, que sean testigos esa noche de cómo huele estar tan cerca de una madre inmaculada, que te hablen, que te vistan, que te peinen ese pelo y tengan todo preparado para cantarte una salve y postrarte en tu joyero, que la mañana de la primavera de ese mayo tan soñado una mujer de esta casa de nombre Ángel del cielo y una cruz roja bordada  sea quien lleve a tu testa una corona de oro, suba las escaleras, bese el marfil de tu mano y vea el perfil de tu cara pues merecido es que ellas ese Mayo tan soñado por su entrega te conviertan en la mayor de las madres y mujer afortunada, reina de todo un barrio, en Amargura Coronada.

Y si bonito es tu perfil que decir de tu mano, no dudas en entregarla al dolor, al sufrimiento, tú que has visto crecer a tu hijo sabiendo que un día iba a ser abofeteado, azotado y crucificado en la cruz y ahí sigue tu mano, que dolor más grande ver a un hijo sufrir, seguro no quedan fuerzas para seguir ofreciendo ayuda y consuelo, pero tu día tras día sigues al lado nuestra, nunca te cansas de enseñarnos el camino, pues falta nos hace un camino, ahora que no corren tiempos fáciles.
Tiéndenos tu mano y danos toda tu fuerza para nunca dudar de lo que somos, para ser como tú fuiste, guía de la fe, somos cofrades, y como este cartel anuncia queremos ser la luz en la oscuridad. Tenemos la oportunidad de dar verdadero testimonio de cristiandad y como hizo María tenemos que tender nuestra mano para todo aquel que quiera seguir caminando. Siempre habrá tentaciones que nos quieran distraer y hacernos ver que perdemos el tiempo, que no merece la pena… ahí está la suerte de un cofrade, un rato a tu lado renueva la fe, da fuerzas para seguir siempre de frente. Caeremos una y mil veces pero siempre tendremos el consuelo de tenerte cerca, yo que he tenido la suerte de tener tu mano junto a la mía se la seguridad que da sentirte como un hijo cuando nace y se protege al regazo de una madre.

El cartel nos invita al recogimiento, a estar a solas con ella, a mi me gustaría retroceder en el tiempo y ponerle hojas al calendario, perderme por esa joven Granada del siglo XVIII. Buscar entre sus callejuelas empedradas y colarme por la ventana de una fría habitación. Me gustaría retroceder en el tiempo por la ciudad del Darro y sus puentes, y ser testigo invisible de aquellas manos a solas dándote nombre y apellidos. De descubrir la mirada de quien hizo posible el perfil que hoy es devoción de tantos cristianos, ¿qué pensó mientras tallaba?, ¿qué sintió al perderte de vista?, yo moriría de pena… ¿Por qué tanta tristeza? ¿Qué le hizo darte esa dulzura? Son tantas preguntas que me gustaría retroceder en el tiempo a aquella ciudad de antaño y vivir los días en que la bendita madera fue convertida en la fe de esta hermandad. ¿Quién le iba a decir a esas manos que vas a ser coronada? Si pudiera por un momento ver como talla tus manos, si pudiera preguntarle porque sonroja tu cara, seguro que fueron horas de soledad, de inventar las horas para ti, de conversaciones a solas que quedaron para siempre en el recuerdo de esa habitación fría de la Granada del Darro. Nunca sabremos por qué te hizo tan guapa. ¿Con corona o sin corona? Qué más da si es Reina del cielo.


Hoy que Dios lo ha querido, que me da la oportunidad de estar otra vez contigo déjame serte sincero, quiero decir lo que siento, que no lo dice el cofrade pues viene de más adentro. Pues son tantos los que sueñan con vivir ese momento de ponerte la corona que yo voy a soñar despierto y no quiero que sonrojes pues te voy a decir lo que siento. Déjame que te corone desde el corazón, que me olvide de tu palio, del vestido, de tus labios, que me quede con tu nombre y me deje llevar por cómo eres olvidando de donde, el porqué y desde cuándo, que me olvide del azul, del bordado, de tu manto. Que me olvide de tus marchas, de lo largo que es un año y lo corto que es Santiago, es difícil olvidarte… pero no quiero hacerlo de ti, quiero hacerlo de un racheo que una tarde de Lunes Santo zapatillas costaleras a compás van suspirando, del color de un costal, de la voz de un capataz, del aroma del incienso. Dejar en mí tu dolor y la humildad por tu barrio y coronarte desde el alma como te rezo cada noche…a tu nombre y a tus ojos como hicimos antaño, olvidar una saeta, tus rosarios, tu enaguas y quedarme con tus manos que son las que siempre me cogen cuando me pierdo en los años, que cuando pases Amargura yo me olvide del aroma que desprenden tus suspiros y me quede con tu llanto que es puro como el viento y no hay consuelo, ni pañuelo que olviden tu calvario. Tú que has bajado del cielo apoyada de mi brazo permíteme que me quede con tu lado más humano, con tu mejilla de nácar y tu sonrisa en la cara cuando llegabas al convento y nos mirábamos de cerca…
Otro año se ha cumplido, Granada entera rendida y hasta el Realejo ha acudido pues no hay en el mundo entero mujer con tanta dulzura y que enamora hasta el río. Déjame que te corone olvidando el terciopelo, la clausura, tu realeza, y me quede con un sueño, que mis ojos son los tuyos y tu dolor es mío, que el amor que hoy te tengo venga conmigo por siempre, pues sin amor no hay vida y mi vida es tu apellido. Olvidaré tu clavel, tu venera, tus latidos y coronaré el consuelo que desprendes por tus hijos obrando tantos milagros, siempre estaré agradecido, olvidada está la historia, olvidados los suspiros, ya no queda en mi memoria ni el color de tu vestido. Solo queda esperar a los ángeles del cielo. Granada pondrá la fe, el Realejo el amor, y tus hijos la corona, y yo en tu peana estaré para decir una y otra vez que eres Reina del cielo y nunca me olvidaré Amargura que te quiero.

Queda presentado el Cartel “Y EN GRANADA” para la Semana santa del año 2015


Gracias………..